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Nos vamos a Colonia San Ricardo, Iriarte, Los Toldos y Mariapolis.

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Colonia San Ricardo, conocida como “IRIARTE” al norte de la provincia de Bs. As. “Museo Iriarte” es un pueblo dentro de otro pueblo, con casas y negocios ficticios. La escena de tranquilidad podría ser la de cualquier localidad del país. Caminar por las veredas del Museo Iriarte, ubicado en Colonia San Ricardo, en el partido de General Pinto, es hacer un viaje en el tiempo. Descubrir el detrás de escena de cada oficio y tomar noción del avance de la tecnología. Durante algunos períodos, este tesoro cultural se mantuvo oculto. Ahora abierto al público. Este museo único combina la esencia campestre, el legado ferroviario y la rica Cultura Argentina del siglo XX, brindando una experiencia enriquecedora para todos los visitantes.

Daremos: “UNA VUELTA POR LOS TOLDOS”, conocida como la cuna del Queso Gouda. Visitaremos el Museo del Monasterio Benedictino Sta. María de los Toldos: La vida monástica benedictina llegó a Los Toldos de la mano de los monjes que vinieron desde Suiza para implantarla en esta región. Descubriremos además en este lugar vestigios de la cultura mapuche que se encuentra en cada rincón de estos paisajes que fueran transitados por el Cacique COLIQUEO. Conoceremos la Casa Museo Eva Perón, el Complejo cuenta con una propuesta museográfica de 3 salas. Emprendiendo nuestro regreso nos detendremos en O’Higgins, para visitar la Comunidad:

“MARIÁPOLIS ANDREA”, que pertenece al movimiento de “LOS FOCOLARES”, lugar donde se encuentran hombres y mujeres de edades, orígenes y culturas distintas que conviven en un espacio moderno, con sus casas, talleres, industrias, centros comunitarios, capillas, gimnasios, campos deportivos, parques, que producen y comercializan diferentes productos artesanales que van desde ropa, dulces, bombones y helados hasta muebles. Hotel, sala de convenciones y restaurante. La Ciudadela Lía surge como una de las expresiones más acabadas de la espiritualidad y cultura de la unidad promovida por el Movimiento de los Focolares.
“La Mariápolis es una historia viva”